sábado, 26 de abril de 2008

Bicicletas, tolerancia y deporte

Desde hace algo más de un año, vengo usando la bicicleta para moverme por Sevilla. En el Parlamento pusieron algunas a disposición de los Diputados y Diputadas y así descubrí la maravilla del “invento”. No más de diez minutos, y llego a cualquier lugar del centro de los que frecuento. Ahora, sigo utilizándolas cada vez que puedo. Me saqué el abono de largo plazo de Sevici, 10 euros al año, y tengo a mi disposición algo así como 2000 bicis en más de 200 paradas.

Están muy bien, pues los carriles bicis se extienden poco a poco, y, donde no hay, pues se circula bien por las calles y si son anchas, por las aceras y calles peatonales.

Con esta práctica, he descubierto una nueva mirada sobre la ciudad en la que trabajo y paso bastantes horas, Sevilla. Quien va en bici –y como todas las generalizaciones, tendrá sus excepciones- suele ser más tolerante, no atropella, respeta más, no corre por correr. Se nota que no tiene el agobio del automovilista, la crispación, el insulto fácil y rápido. A casi todos nos pasa. Si tenemos prisa, los semáforos se conjuran contra nosotros, el (o la) de delante es torpe, lento y no señaliza bien. ¡Dios mío, otra vez tarde!.

Se va a terminar imponiendo ese ritmo más pausado, más sano, más tolerante. Ni caben tantos coches, ni hay donde aparcarlos. Y eso, ese estilo, se tendrá que imponer en nuestra vida. La tolerancia, - según la RAE, segunda acepción, “Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. – debe ser una virtud cotidiana y practicada, no sólo predicada. No vale apartar a quien discrepa, a quien nos hace sombra, a quien nos estorba.

La segunda reflexión de este cada vez mayor uso de la bicicleta es la extensión de la práctica deportiva, su aplicación en la vida cotidiana de muchas personas. Se ven mayores y jóvenes, mujeres y hombres, algunos con trajes y otros en chándal. Es aprovechar el tiempo de desplazarnos para hacer una actividad sana. Basta también pasear por nuestros parques y veremos a cientos de personas corriendo o andando, haciendo ejercicio.

No cabe duda, creo que a nadie, pero a mí al menos ninguna, que el deporte es cada vez más importante en nuestras vidas, para nuestra salud, mental, física e incluso política. El deporte es vida, salud, actividad. Incluso genera cada vez flujos económicos más importantes. En la venta de los famosos Wii cada vez influye más esta característica, el ejercicio que proporciona. Buen síntoma.

En Alcalá parece que se iban o se van a poner también bicicletas. Las paradas están puestas hace tiempo. Cierto es que las condiciones orográficas no son como las de Sevilla, pero la gente de Alcalá sabemos hacer de la necesidad virtud. Esperemos que pronto las veamos por nuestra moderna ciudad, y así disfrutemos de todas sus ventajas y en todos los terrenos.

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