Desde Londres

He aprovechado el último fin de semana de agosto para visitar a mi hijo Pablo (y a Dani que está hasta el lunes con él). Después de dos años en París, trabajando en Disneyland, ha decidido irse una temporada a Londres, luego la excusa para conocer esa ciudad es perfecta.

Lo cierto es que en quince días ha encontrado trabajo, de recepcionista en un hotel céntrico. Digan lo que digan, estamos ante la generación más preparada de la historia, siempre comparándola con las anteriores. Y es una envidia sana su atrevimiento a descubrir mundos, a convivir, a probar nuevas aventuras.

Parecerá un tópico, pero nos ha recibido lloviendo. Encapotado y chaparrones puntuales. Como todas las ciudades de ese calibre (París, Roma, …), Londres impresiona. Organizada, multicultural, masiva, extrovertida. Monumental, llena de historia.

El tabaco a ocho euros el paquete y la entrada en la Nacional Gallery, gratuita. No soy experto en pintura, pero ver tan de cerca a los Van Gogh, Picasso, Monet, Velázquez, Rembrandt, es un privilegio.

En fin, ya contaré algunas impresiones más.

Good nigth

Los lobbys y la sanidad

Recuerdo que estando yo en el Parlamento, me encomendaron en una ocasión recibir y atender a un grupo de universitarios norteamericanos, estudiantes de Ciencia Política en su país, que querían conocer nuestro funcionamiento. Como yo estudiaba eso mismo, todo lo que venía me lo encargaban a mí, que atendía gustosamente.

Uno de ellos, me preguntó cómo se regulaba en España la actuación de los lobbys (en la Wikipedia, un lobby -del inglés "entrada", "salón de espera"- es un grupo de personas que intentan influir en las decisiones del poder ejecutivo o legislativo en favor de determinados intereses.) Al decirle que eso aquí no estaba regulado, me ´dijo muy extrañado qué cómo se controlaba entonces en España la corrupción. Me quedé sin respuesta. Esa práctica, hasta ahora, no está extendida ni regulada en España. Eso no quiere decir que no exista. Y tanto que existe. Pero no es transparente.

Me viene a la cabeza (y a los dedos) esta reflexión, tras ver estos días como ha cambiado la estrategia del Partido Popular en la materia de la gripe A, al menos como partido. Digo como partido, porque las comunidades autónomas que gobiernan, al menos hasta ahora, parecen conformes con la actuación del gobierno central.

Llevan dos días diciendo que hay que extender la vacunación a toda la población, junto a la exigencia de determinar los grupos de riesgos. Hasta ahora, todas las decisiones en este sentido eran colegiadas y consensuadas.

Hoy, el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín dice con claridad que eso no es necesario. Dice, literalmente, “El presidente de los colegios de médicos defendió la decisión de las autoridades sanitarias de comprar dosis de la nueva vacuna para un 40% de la población: "Se crea la inmunidad de grupo y no hay razones para alterar ese porcentaje. Si hay alguna razón, probablemente no sea sanitaria". El Confidencial.

¡Uff!, esta última frase puede aludir a algún interés no declarado. Quizás algún lobby piensa en negocio y presiona a quien puede hacer de vocero.

Adios, vacaciones; adios, pereza

Las vacaciones de verdad, las de Rota, acabaron a primeros de mes.Pero este agosto me ha vencido la pereza de escribir en esta ventana. Los habituales me han reñido con su cariño.

Esa pereza no ha sido total. Mis labores típicas de planificación, reflexión, entrenamientos, chapuzas, del mes de agosto han sido hechas. Solo la vocación escritora se ha paralizado.

Veo muchos temas de los que opinar, de Alcalá, de Sevilla, de Andalucía, de España y del mundo.

Así que, listo desde mañana.