lunes, 23 de mayo de 2011

Análisis poselectorales.

No, no voy a hacer aquí mi análisis de las elecciones. Las haré en mis cauces internos, con mi Alcalde y mi Consejero, en mi Agrupación y en el Partido.
Pero sí quiero reflexionar sobre algunas condiciones de ese debate que, necesariamente, se tiene que producir. Y tiene que ser desde la derrota, clara y contundente. Pero no desde el derrotismo, que según el diccionario, es “la tendencia a propagar el desaliento en el propio país con noticias o ideas pesimistas acerca del resultado de una guerra o, por ext., acerca de cualquier otra empresa.” No desde el desaliento, sí desde la autocrítica, no desde la flagelación, sí desde la sunción de responsabilidades, desde el debate ideológico y pragmático (que no son incompatibles).
Hay una sombra de desconfianza y pérdida de credibilidad que nos cubre a todo lo que huela a socialista. Es la crisis económica, sí, pero sobre todo la gestión que hemos hecho de ella.
No olvidemos que Alemania es la única nación europea que crece y crea empleo, y Angela Merkel pierde municipios (véanse los resultados en Bremen) y en los landers.

Por tanto, radicalidad en el análisis, mesura en las formas, ejecutividad en las decisiones. Y los principios del socialismo, esos que nos marcan, nos distinguen y nos animan, por encima de todo.

sábado, 21 de mayo de 2011

Del debate surgirá......

En este movimiento que ahora surge (15M, DemocraciaYa...) no hay unanimidades. Ni debe haberla. Se trata de generar debates, de canalizar energías, y saldrán alternativas. Hasta tres "discusiones" he tenido hoy con distintas personas sobre este tema.

Ahora, quiero traer una opinión de una persona que se ha asomado a este blog porque me gusta lo que dice y como lo dice, aunque no lo comparta todo. Daniel Innerarity escribe hoy en las páginas de Babelia, el suplemento cultural de El País, y discrepa del Indignaos. Lo reproduzco. Opinen, debatan y saquen concluciones.

La indignación no es suficiente

En una sociedad con ciudadanía de baja intensidad, desafección galopante hacia la política, debates planos y argumentos inexistentes, cualquier llamamiento a sumarse a las críticas encuentra una inmediata acogida. Si quien escribe ¡Indignaos! es Hessel, que es además un luchador de la Resistencia francesa, uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y si quienes han escrito Reacciona son personas de indudable talla intelectual, entonces resulta imposible llevarles la contraria o matizar sus opiniones sin parecer un mercenario del sistema.

Et pourtant... La indignación es una virtud cívica necesaria pero insuficiente. Lo siento por estos autores pero yo veo las cosas de otra manera y el problema fundamental en otro sitio. De entrada, no nos sobra indignación sino todo lo contrario. Indignación la hay en todas partes; basta hacer un poco de zapping y uno se encuentra, sobre todo, gente indignada (preferentemente en los canales de la extrema derecha). Indignados están, por ejemplo, los que creen que el Estado de bienestar disminuye pero también los que consideran que está yendo demasiado lejos, los que piensan que ya hay demasiados extranjeros, los fanáticos de todo tipo, aquellos cuyo miedo ha sido agitado por quienes aspiran a gestionarlo.

Nuestras sociedades están llenas de gente que está "en contra" y escasean los que están "a favor" de algo concreto e identificable. El problema es cómo nos enfrentamos al hecho de que lo que moviliza son energías negativas de indignación, afectación y victimización. Es lo que Pierre Rosanvallon ha denominado como "era de la política negativa", en la que quienes rechazan no lo hacen a la manera de los antiguos rebeldes o disidentes, ya que su actitud no diseña ningún horizonte deseable, ningún programa de acción. En este panorama, el problema es cómo distinguir la cólera regresiva de la indignación justa y poner esta última al servicio de movimientos con eficacia transformadora.

¿Y si el público que escucha con agrado esas imprecaciones no fuera la solución sino parte del problema? Pedir a la gente que se indigne equivale a darles la razón para que continúen como hasta ahora, viviendo en una mezcla de conformismo e indignación improductiva. Lo revolucionario sería romper eficazmente con el populismo, con esa inmediatez y adulación que está en el origen de nuestras peores regresiones. Y este tipo de llamamientos sigue ofreciendo explicaciones simples para problemas complejos. La indignación deja de ser en exabrupto inofensivo e ineficaz a la hora de modificar los hechos intolerables que la suscitan cuando incluye además algún análisis razonable de por qué pasa lo que pasa, si identifica bien los problemas en vez de contentarse con haber encontrado a los culpables, si propone algún horizonte de acción.

¿Y si la indignación actuara en beneficio de quienes están satisfechos o incluso son responsables del estado de cosas contra las que nos indignamos? Puede ser que esas explosiones de airada protesta sean menos transformadoras de la realidad que el trabajo sostenido en el tiempo para formular buenos análisis y esforzarse pacientemente por introducir algunas mejoras. Se podría hablar de una función conservadora de la indignación que estabiliza los sistemas como lo hacen las válvulas de escape o las canas al aire, tan funcionales a la hora de dejar las cosas como están. Ese algo más que necesitamos para transitar hacia un mundo mejor no es una mayor exageración dramática de nuestro descontento; es, de entrada, una buena teoría que nos permita comprender lo que está pasando en el mundo sin caer en la cómoda tentación de escamotear su complejidad. Solo a partir de entonces pueden formularse programas, proyectos o liderazgos que permitan un tipo de intervención social eficaz, coherente y capaz de resultar atractiva para una mayoría que no esté formada solo por gente cabreada.

viernes, 20 de mayo de 2011

Dos reflexiones sobre la Democracia.

1. EL VOTO SÍ VALE
No me refiero ahora a España, sino a Italia. Más concretamente a Milán, mayor feudo de Silvio Berlusconi, Presidente del Gobierno de ese país y dirigente del Partido Popular Europeo. Es quizás el más claro caso de político “rechazable”, aunque gana elecciones (como Camps). Confunde sus negocios con la política, controla los medios de comunicación, cambia leyes para no ser procesado, “vacila” de sus fiestas con “velinas”.

Pues bien, en las últimas elecciones municipales, su grupo y sus aliados han perdido las elecciones y han forzado la segunda vuelta. También en otros municipios importantes.

¿Cómo se hace? Votando. Participando. Sin ese recurso, se sienten legitimados. Por ello, votar sí es útil, es necesario y es importante.

2. USAR LA DEMOCRACIA.
Aunque sea una comparación un poco grosera, la Democracia es como un moderno teléfono móvil. Hay quien lo usa solo para hacer y recibir llamadas. Esa es su utilidad. Y punto.

Sin embargo, hay quien, además, lo usa como agenda, calendario, cámara de fotos y videos, juegos, chatea, disco duro, oye música, etc.

Podemos limitarnos a votar. Es un derecho y casi un deber ciudadano. Pero esa no es la única posibilidad de la Democracia, de nuestra Democracia. Se puede participar directa y permanente en movimientos sociales. Se puede protestar y reclamar cada vez que consideramos que se vulnera un derecho. Podemos decidir en Consejos, municipios, Asociaciones, claustros. Podemos manifestarnos, expresarnos, reunirnos.

Creo que estas utilidades de la Democracia hay que explotarlas, usarlas, gestionarla. No ser ciudadanos cómodos, no limitarnos a murmurar y quejarnos, no dejarnos a los políticos manos libres para cuatro años.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Reflexiones desde fuera

Cuando uno tiene la oportunidad de salir fuera de nuestro país, puede establecer comparaciones y tomar notas para aprender.

Antes se decía que, como los españoles viajábamos poco, no aprendíamos y estábamos atrasados. Eso ya no es verdad, en todas partes cuecen habas, y esta estancia en Ginebra me permite aseverar que, como siempre, hay cosas en las que ganamos, otras en las que nos ganan y bastantes en las que empatamos. Veamos algunas:

Nos ganan: en la gestión de los transportes públicos. Un funcionamiento estupendo y un sistema que de verdad permite poner fuertes restricciones al trafico privado. Las calles llenas de tranvías en superficie, trolebuses, y algunos, pocos, autobuses de gasoil. Grandes aparcamientos en las entradas de la ciudad. Al llegar al aeropuerto, solo con el billete del avión tienes todos los transportes gratis durante una hora ( el aeropuerto esta a quince minutos). Cuando te registras en el hotel, te dan una tarjeta con la que usas gratis todos los transportes públicos durante tu estancia.

Empatamos: en picaresca. Esos trileros que se ven por algunos calles del centro de Sevilla u otras ciudades, tres cubiletes, donde esta el garbancito, los ganchos, el que vigila en la esquina, el que quiere darsela de listo y termina emplumado. Todo igual, en todas partes, buscavidas y "listos" hay en todos lados.

Les ganamos: en precio de la vida corriente. Imposible vivir aquí. Todo carísimo, disparatado, una lata de Acuarius en una tienda de conveniencia, seis francos suizos, algo así como cinco euros. Tremendo.

martes, 17 de mayo de 2011

Terremotos políticos.

Dicen en las definiciones mas simples que los terremotos se producen por el clímax de los movimientos contradictorios de dos placas tectónicas. De forma casi imperceptible van acumulando fuerzas una contra la otra hasta que termina estallando por algún lado.

Se que la comparación en estos momentos puede ser sensible, pero creo, estoy convencido, de que algo así esta ocurriendo entre dos fuerzas tremendas que se van acercando y parece inevitable el choque.

Por un lado, una corriente neoliberal que nos va arrastrando con el discurso de la inevitabilidad de los recortes, las reformas, la desregulacion, el desmantelamiento de lo publico en base a que no se que eficiencia de lo privado, en la resignación de ver que los causantes de la crisis se suben los sueldos y se reparten los beneficios.

Por otro, un incipiente movimiento de rebelión contra el hecho de que paguen los de siempre, con el lema " sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo", que ayer, convocados por las redes sociales, se manifestaban en muchas ciudades españolas. Esos movimientos no son fáciles, pero pueden estallar conforme crece la desesperación, la indignación y la rebeldía.

En medio, partidos y movimientos sociales ortodoxos, que no estamos sabiendo dar respuestas cumplidas y satisfactorias, nos vemos desbordados, impotentes, con el mayor déficit de credibilidad en la clase política en la historia democrática, que nos empeñamos en decir que no tenemos la culpa de la crisis, como si eso nos exculpara de nuestra responsabilidad.

Este movimiento alternativo ha sido puesto por escrito en dos iniciativas tan simples como profundas. El panfleto, en el sentido mas positivo, de Hessel, "Indignaos", y su respuesta española, "Reacciona", con la participación de personas como Jose Luis Sampedro, Baltasar Garzón, Ignacio Escolar o Mayor Zaragoza.

Leerlos es la primera reacción, y no quedarse indiferente ante ello, la mejor continuación.

domingo, 15 de mayo de 2011

3 horas, 28 minutos, 40 segundos.

Ese es el tiempo que he tardado en hacer la Maratón de Ginebra. El 178 es mi puesto en la clasificación, de un total de 830 que han entrado, el 19 en mi categoría de edad.

Pero no son esos los datos que interesan a quienes corremos. Unas sensaciones buenísimas, un recorrido precioso, mucha gente animando en cada tramo urbano y sobre todo en Ginebra, los diez últimos kilómetros.

Y las conclusiones de siempre: cuando uno cree que no puede mas, siempre hay fuerzas para seguir adelante. El trabajo constante termina dando resultados al final. Y entrenar con mi grupo de amigos da muchas satisfacciones cada domingo y en cada reto que nos proponemos. El pasado sábado, algunos hicieron los 101 kms. de Ronda. Ahora, después de Ginebra, a preparar la Subida al Veleta. ¿Será por retos?

Y ahora que se acerca el aniversario de "su carrera"', Antonio Florido en la memoria, siempre con sus amigos.

domingo, 8 de mayo de 2011

¿Mi sueldo? Trabajo el doble que otras personas.

No, tranquilos, no me he vuelto más presuntuoso de lo normal. No es mía la frase. Viene, más o menos literal, en una entrevista que sale hoy en El País, a María Dolores de Cospedal, Secretaría General del PP, candidata a la Presidencia de Castilla La Mancha, senadora, etc.

En esa entrevista, entre otras lindezas, dice esa frase al ser preguntada por su sueldo declarado de 223.000 euros. No le da ninguna importancia, le parece normal. De nada valen aquí las políticas de austeridad, los recortes a funcionarios, las limitaciones, etc. Para ella, para ellos, no van estas reglas.

Se han convertido en reyes del doble juego, de la doble moral. Machacan a otros si llevan imputados en sus listas, pero no les importa llenar las suyas. Critican y dicen luchar contra el endeudamiento público, pero las Comunidades que gobiernan baten todos los records. Dicen que reducirán asesores y tienen más que nadie. Sin pudor, para ellos, eso es normal, la derecha puede hacerlo.

Lo demás, lo que ocurra ante estos hechos, es sólo responsabilidad nuestra, de todos, si les votamos, o sólo con no ir a votar. Con eso, tienen bastante para llegar a los Gobiernos y gobernar así, con ese código moral.