viernes, 20 de mayo de 2011

Dos reflexiones sobre la Democracia.

1. EL VOTO SÍ VALE
No me refiero ahora a España, sino a Italia. Más concretamente a Milán, mayor feudo de Silvio Berlusconi, Presidente del Gobierno de ese país y dirigente del Partido Popular Europeo. Es quizás el más claro caso de político “rechazable”, aunque gana elecciones (como Camps). Confunde sus negocios con la política, controla los medios de comunicación, cambia leyes para no ser procesado, “vacila” de sus fiestas con “velinas”.

Pues bien, en las últimas elecciones municipales, su grupo y sus aliados han perdido las elecciones y han forzado la segunda vuelta. También en otros municipios importantes.

¿Cómo se hace? Votando. Participando. Sin ese recurso, se sienten legitimados. Por ello, votar sí es útil, es necesario y es importante.

2. USAR LA DEMOCRACIA.
Aunque sea una comparación un poco grosera, la Democracia es como un moderno teléfono móvil. Hay quien lo usa solo para hacer y recibir llamadas. Esa es su utilidad. Y punto.

Sin embargo, hay quien, además, lo usa como agenda, calendario, cámara de fotos y videos, juegos, chatea, disco duro, oye música, etc.

Podemos limitarnos a votar. Es un derecho y casi un deber ciudadano. Pero esa no es la única posibilidad de la Democracia, de nuestra Democracia. Se puede participar directa y permanente en movimientos sociales. Se puede protestar y reclamar cada vez que consideramos que se vulnera un derecho. Podemos decidir en Consejos, municipios, Asociaciones, claustros. Podemos manifestarnos, expresarnos, reunirnos.

Creo que estas utilidades de la Democracia hay que explotarlas, usarlas, gestionarla. No ser ciudadanos cómodos, no limitarnos a murmurar y quejarnos, no dejarnos a los políticos manos libres para cuatro años.

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