miércoles, 18 de mayo de 2011

Reflexiones desde fuera

Cuando uno tiene la oportunidad de salir fuera de nuestro país, puede establecer comparaciones y tomar notas para aprender.

Antes se decía que, como los españoles viajábamos poco, no aprendíamos y estábamos atrasados. Eso ya no es verdad, en todas partes cuecen habas, y esta estancia en Ginebra me permite aseverar que, como siempre, hay cosas en las que ganamos, otras en las que nos ganan y bastantes en las que empatamos. Veamos algunas:

Nos ganan: en la gestión de los transportes públicos. Un funcionamiento estupendo y un sistema que de verdad permite poner fuertes restricciones al trafico privado. Las calles llenas de tranvías en superficie, trolebuses, y algunos, pocos, autobuses de gasoil. Grandes aparcamientos en las entradas de la ciudad. Al llegar al aeropuerto, solo con el billete del avión tienes todos los transportes gratis durante una hora ( el aeropuerto esta a quince minutos). Cuando te registras en el hotel, te dan una tarjeta con la que usas gratis todos los transportes públicos durante tu estancia.

Empatamos: en picaresca. Esos trileros que se ven por algunos calles del centro de Sevilla u otras ciudades, tres cubiletes, donde esta el garbancito, los ganchos, el que vigila en la esquina, el que quiere darsela de listo y termina emplumado. Todo igual, en todas partes, buscavidas y "listos" hay en todos lados.

Les ganamos: en precio de la vida corriente. Imposible vivir aquí. Todo carísimo, disparatado, una lata de Acuarius en una tienda de conveniencia, seis francos suizos, algo así como cinco euros. Tremendo.

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