viernes, 21 de octubre de 2011

Día de emociones.

Ayer me enteré del fin de las acciones de ETA (que no su disolución) al llegar a mi hotel después de una tarde de trabajo en Málaga. Fue una gran alegría, una esperanza hecha realidad, no el final del camino pero sí un avance irreversible.

Hoy, volviendo de Málaga a las cuatro de la tarde, no pude evitar las lágrimas. Tercera vez que me emocionó en mi vida con la misma persona, Ernest Lluch. Un militante socialista, profesor de Universidad, ministro de Felipe González. Los narro.

El día 3 de junio de 1999, en la campaña de las elecciones municipales, en Donostia, un grupo de radicales vascos se concentraban para impedir el mitin de Ernest. El no se arredró. Gritó más que ellos. Les decía que mientras gritaban, no mataban. Anunciaba que serían las primeras elecciones en las que no habría crímenes de ETA. Se equivocó, pero me emocionó su valentía, su convicción. Vean su video en YOU TUBE



El 21 de noviembre de 2000, ETA mató a Ernest. Al salir de su garaje, en Barcelona, dos tiros. Su cadáver se encontró dos horas después. Cuando me enteré de la noticia, me emocioné y me vinieron a la memoria esas palabras suyas a ETA, “Gritad, que mientras gritáis no matáis”. Lo mataron en silencio.

Ernest Lluch era tertuliano en La Ventana de Gemma Nierga, en la Cadena SER, con Santiago Carrillo y Herrero de Miñón. Hoy, Gemma ha iniciado su programa con el sonido de Ernest, gritando a quienes le gritaban. Y se me han saltado las lágrimas. Otra vez.

No olvido las lagrimas por Miguel Ángel Blanco, el Coronel Gariñano, por Hipercor, por todos y cada uno de los asesinatos de ETA. Se acabó. O estamos muy cerca, más que nunca del fin definitivo. Y hoy son lágrimas de alegría, de esperanza y de afirmación democrática.

Aunque no para todos. Basta ver a determinada prensa y determinadas radios, que alientan e inspiran (a veces dictan) a determinados políticos, para ver que no todos nos alegramos.

No importa. Siempre adelante. Viva la democracia, que nos hace (nos tiene que hacer) a todos iguales.