Poder e invisibilidad

He leído hoy un artículo en El Correo de Andalucía, de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que tiene este mismo título. Nos habla de cómo quién ha tenido poder y lo pierde, se vuelve invisible. De cómo somos prisioneros de la fama cuando estamos arriba, de lo que nos quejamos pero nos gusta. Que si no deja de sonar el móvil, que si no puedo andar por la calle sin que alguien se acerque….. Pero, en eso también consiste la erótica del poder. Cuando ya no estamos arriba, ni se nos ve. No suena el movil, nadie nos para.

Creo que todos y todas los que nos dedicamos a lo público, de forma profesional o amateur, debemos reflexionar sobre esta cuestión y adoptar modelos de actuación éticos, además de los legales.

Es muy fácil acostumbrarse a las prebendas del poder. A los móviles gratis, a las tarjetas de crédito a cargo de la institución, a los coches oficiales hasta para ir a…. A que nos inviten siempre, nos saluden con pleitesía, etc. Tanto nos acostumbramos, que todo nos parece natural. Y, si se nos critica, si crece la discrepancia a nuestro alrededor, si hay malestar y ruido de fondo, es que no saben lo que quieren, son unos pocos resentidos, la cosa va bien, somos los amos.

He tenido la suerte de estar arriba y abajo. De que me eleven y de que me hundan. De que se me vea mucho a esa invisibilidad que habla Rodríguez Ibarra. 48 años de edad y 31 en política, de una u otra manera, enseñan mucho, dan para mucho.

Y uno aprende. Aprende que los amigos son los de verdad. Aprende a usar los medios públicos con mesura y control. Aprende que tantas palmadas en la espalda terminan doliendo.

Y, sobre todo aprende, a no dar clase de nada, pues los errores cometidos siempre están por delante de los aciertos.

Emociones

Sí. Afortunadamente, seguimos teniendo emociones. Sigue habiendo cosas, situaciones, momentos que nos emocionan. Que hacen que broten las lágrimas sin querer. Que se pongan los vellos de punta. Que hagan incluso que nos excusemos. Sí, me ha emocionado.

Ayer, venía de Sevilla de compras y escuché a Paca Hernández. La viuda de Eduardo Puelles. Asesinado por ETA. La escuché decir, con una voz rota pero fuerte., emocionada pero convencida. “Sólo habéis conseguido dos huérfanos y una viuda. No conseguiréis nada más”. “No me veréis llorar. Lloraré en mi casa, pero ustedes no me veréis”. “En este país hay mucha gente decente”. Y el final. “Viva el País Vasco”. Joderos, etarras. Joderos, cobardes. Una viuda, con sus dos hijos huérfanos, os reta, cara a cara.

Y el Lendakari. Patxi López. Lo conozco personalmente. Estuve con él de copas por Sevilla. Y no se podía creer nuestra suerte, nuestra libertad, nuestra alegría. Venía con Rodolfo Ares, hoy Consejero de Interior de Euskadi. Cada uno en su coche. Con tres escoltas cada uno. Y, en el barrio de Santa Cruz, en sus baretos, les dije que se fueran tranquilos, que no eran necesarios. Al día siguiente, moderé una charla de Patxi. Un privilegio, de tantos que he tenido en mi vida.

Y ayer fue muy claro. Valiente. Lehendakari de todos los que quieran convivir. “Uno de los nuestros ha muerto”. Y no ha sido uno más. Ha servido de mucho. Servirá. Y lo veremos.

Una semana en la que he tenido que callar tantas cosas en mi pueblo, porque no son políticamente correctas y hay que callarse. En la que veo como nos acomodamos. Como todo lo explicamos y nos quedamos satisfechos.

Por eso, por todo eso, vivan las emociones. Y la capacidad de seguir emocionándonos.

La ley D'Hont

Por cierto, si a alguien se le ocurriera especular acerca de cómo hubiera quedado nuestro Ayuntamiento si estas elecciones hubieran sido locales, sin tener en cuenta que son muy distintas, que la abstención todo lo distorsiona (o no) y con el absurdo de tener en cuenta sólo los votos válidos a las formaciones mayores (que ya es absurdo), el resultado hubiese sido el siguiente (Entre paréntesis los resultados actuales)

PSOE 15 (18)
PP 8 (5)
IU 1 (1)
PA 0 (1)
UPyD 1 (0)

Más análisis de las elecciones

No ha pasado una semana aún de las elecciones europeas, y seguimos leyendo y oyendo distintos análisis de sus resultados, haciendo malabarismo intelectual para justificar unos y otros cómo queda su formación. Hay quienes hacen extrapolaciones exactas, del tipo de “si están fueran municipales, entonces….”, sin tener en cuenta que cada elección, y ésta de forma muy especial, tiene sus propios mecanismos y motivaciones.

Otra cosa es que se hagan análisis con los datos, con las tendencias, que se mire si los mensajes puestos en la escena eran los correctos, si se ha acertado en la estrategia mediática, y cosas similares.

Por ejemplo, la abstención. Cuando se aventurada un crecimiento espectacular de la misma, no se ha producido. Ha sido muy similar a la resultante en las elecciones europeas de hace cinco años. Incluso en Alcalá, que coincidía con la feria, la participación ha sido alta en comparación con la esperada. Prácticamente igual a la de 2004. Algún compañero me aventuró bajar del 25 % de participación. Sí hemos oído un argumento que me asusta. Dicen “es que la derecha sí se ha movilizado, y los nuestros se quedan en casa” Y, además, en tono justificativos.

En la revista de la Fundación Sistema, viene una aportación de Eduardo Sotillos, que, entre otras cosas, dice lo siguiente: “Algo hemos hecho mal en la izquierda para que la movilización de la derecha no se haya producido con la misma intensidad en nuestras filas y para que hoy sigamos admitiendo como un efecto incontrolable de la naturaleza que nuestros votantes necesitan un impulso suplementario o vivir una emergencia. Algo hacemos mal cuando nos precipitamos a explicar las razones de un mal resultado electoral sin haber tenido tiempo para realizar un análisis en profundidad, con datos post-electorales contrastados, moviéndonos entre la exculpación y la intuición.”. Lo comparto plenamente, incluso en Alcalá.

Otra cuestión a analizar es el fenómeno UPyD. En el estrato nacional y en el local. En Alcalá, casi sin estructura, con sólo unos pocos nombres conocidos, ha sacado 629, un 3’58 %. Supera al Partido Andalucista. Es evidente que es únicamente por el efecto nacional. Pero no vale quedarse ahí. El mecanismo es distinto, o al menos , yo lo veo así.

En Alcalá, la estructura del PSOE, su trama social, es muy fuerte y estable. Sólida. Izquierda Unida, tras sus avatares recientes (y no tan recientes), no parece alternativa ya ni para quienes se consideran a la izquierda del PSOE. El Partido Andalucista, por su estado en Andalucía y también por los propios alcalareños, parece condenado a la desaparición. No es lo que yo desearía, pero parece imparable su caída. Y el Partido Popular, que crece, lo hace a un ritmo tan lento, que necesitará muchos años para llegar a ser alternativa real. Frente a éste mapa, muchas personas han optado por la abstención.

No parece descartable, si UPyD en Alcalá se hace de algunos nombres, de reflejo ideológico débil y no excluyente y de una acción consistente y coherente, que parte de esa abstención encuentre un refugio cómodo que le haga salir de su casa el día D y buscar un revulsivo para la política local.
El tiempo, los acontecimientos y los movimientos nos permitirán ir viendo qué análisis resultan más correctos. Y siempre existirán los que recurran a las justificaciones, loas y alabanzas. Allá cada cual.

Las elecciones y la felicidad

Esta mañana me he leído dos amplios resúmenes de prensa sobre las elecciones de ayer. He visto las noticias en TVE1 y Telecinco. He oído la SER, la COPE, Onda Cero y Canal Sur Radio. He oído, o visto o leído a líderes de distintas fuerzas: Pajín, Cospedal, Saenz de Santa María, Mayor Oreja, Rajoy, López Aguilar, Rosa Díez, Duran i Lleida, Cayo Lara, Otegui, Urkullu, etc….

Y he sacado una conclusión, elemental, simple. Para algunos, las elecciones son la felicidad. Todos están felices. El PP ha ganado. El PSOE no ha perdido. IU no se hunde. UPyD aparece. CiU vislumbra que ganará la Generalitat. Los proetarras se han podido presentar.

Nadie se hará el harakiri en público, pero, ¿no cabe una mínima autocrítica en algo que nadie ha ganado? Vale, quizás sí UPyD. Pero, ¿ los demás?

Apuntes desordenados sobre las elecciones.

1. Partido Popular gana. Eso es así, porque es el más votado.
2. El PSOE no gana, pero no es tan dramático como se preveía y anunciaba el PP. Con lo que llueve con la crisis, no es para rasgarse las vestiduras, aunque sí para reflexionar y adoptar medidas.
3. No existen las dulces derrotas, la reciente historia ya nos lo enseñó.
4. Insisto en que la alta abstención nunca es buena noticia para quienes creemos en la democracia. Esta campaña ha ayudado algo más a incrementar la distancia entre muchos ciudadanos y la Política.
5. Entra UPyD en el Parlamento Europeo. Me parece un fenómeno para estudiar. Recoge más votos en la derecha que en la izquierda, pero, sobre todo, es un voto contra el sistema establecido por los grandes partidos, es un voto fresco, heterodoxo y plural. Ojo.
6. Aunque la abstención distorsiona todos los análisis comparativos, IU se mantiene e incluso crece en porcentaje sobre las últimas generales. Su suelo sigue estando ahí.
7. En Alcalá, la abstención es del 32’89. Es decir, la feria no ha supuesto un inconveniente para votar.
8. En porcentajes, el PSOE pierde, con respecto a 2004, algo más de siete puntos. El PP gana 4’3 puntos e irrumpe UPyD con 3’5 %. El PA pierde más de la mitad de sus votos y se sitúa por debajo del 2%.

Un año despues

El pasado miércoles, día del pescaito en la feria alcalareña, un grupo de unos 25 o 30 corredores nos reuníamos para hacer un entrenamiento muy especial. No parecía el día ideal. Algunos tenían prisas, les esperaba la cena. Otros, hacía tiempo que no coincidían.

Teníamos un motivo único. Hace justo un año, 3 de junio, nos dejaba Antonio Florido, nuestro “albañil”. Moría, justo después de un entrenamiento. Del mismo recorrido que ayer.

Dejó un recuerdo imborrable. Su carácter, sus ganas, su compañerismo, su disponibilidad.

Por eso, el entreno no fue nada triste. Rebosaba alegría, paradas para esperar a los rezagados, sobre todo en la cuesta de Maestre. Parada en el bendito grifo del Cortijo. No es habitual entre nosotros esa parada, pero el 3 de junio de 2008 paramos. Y ayer también.

Antonio nunca venía triste a entrenar. Decía que dejaba sus preocupaciones en el estudio. Por eso, su recuerdo, siempre entre nosotros, es de alegría, de compañerismo, de chistes, de solidaridad, de esperar al (o a la) último.

Nos veremos el 3 de junio de 2010. Y muchas veces antes. Nos vuelve a esperar el Veleta, que está unos 3300 metros más cerca de él.

PD. Habrá nocturna. Sí o sí.