viernes, 23 de septiembre de 2011

YO DISCREPO

Llevo los suficientes años militando en el Partido Socialista como para haber estado entre los críticos y entre los dirigentes del partido en varios momentos de mi vida. Se, por tanto, de la necesidad del imperio de la disciplina en determinadas circunstancias, incluso de callar discrepancias para no hacer daños colectivos. Y se, también, que en determinados momentos hay que decir lo que se piensa, sobre todo para no arrepentirse luego de los silencios.

Y tras esta introducción, manifiesto mi absoluta discrepancia con la falta de respeto a la paridad entre géneros que se está produciendo en la elaboración de nuestras listas electorales para el 20-N.

No fue fácil entender la necesidad de estas medidas de discriminación positiva. Para mí, no fue fácil. Empezar con el 25%, el 33%, no más del 60% ni menos del 40% para ningún género, hasta llegar a la paridad real de la lista cremallera, una mujer, un hombre. O un hombre, una mujer.

Y el tiempo les ha dado la razón a aquellas compañeras que lucharon por convencernos, por evitar excusas fáciles (“no hay mujeres en mi agrupación…”), que se enfrentaron en las Comisiones de Listas a razones espurias para retrasar a mujeres en el orden de salida.

Porque hemos descubierto a muchas compañeras muy capaces, muy eficientes, muy conscientes, muy luchadoras y muy representativas. Tantas o más que hombres. Por esa razón no entiendo ni comparto las decisiones que vamos conociendo de poner a hombres tras hombres, de dos en dos o de tres en tres en puestos considerados seguros para salir. No valen esas razones que nos dan. ¿Tan distinto es ir segundo o tercero por Sevilla? ¿Tienen que ir tres hombres seguidos en Málaga? Y animo, a compañeros y compañeras, a oponernos a esas propuestas. Juntos.

Ni un paso atrás en la igualdad y en la paridad de las listas electorales. Si no nos vale que “los mercados” nos quiten conquistas, mucho menos vale hacerlo nosotros mismos.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Desafío Doñana, otro reto.

Ayer pude completar el Desafío Doñana, en la parte de carrera. 30 kilómetros por la playa del Coto de Doñana. me acompañron en el equipo dos fabulosos trialetas, Illanes y Cuevas, que quedaron los primeros en la categoría. Yo lo empeoré un poco y al final quedamos cuartos. La verdad es que hacía tiempo que no recordaba sufrir tanto en una carrera. Quizás me haya malacostumbrado. Me fue muy bien en la maratón de Ginebra y extraordinariamente bien en la Subida al Veleta. Por eso, afrontaba esta carrera con optimismo, pese a que la última semana he tenido una faringitis, con fiebre y sin entrenar hasta el miercoles y jueves, un poco tarde. Los primeros catorce kilómetros, muy buenos. Arena durita, casi plana la playa, fui a un ritmo bueno, por debajo de 4'45 el km. Pero, a partir de ahi, un infierno. La marea subiendo, mucho tiempo eligiendo entre agua o arena seca, seca de esa playa, centímetros de arena blaquísima. Y sol, mucho sol. Tomé la salida a la 14'40, con viento de poniente, o sea de cara todo el tiempo. Fue una alegría cuando llegué al paseo marítimo, esos dos kilómetros fueron casi un paseo y pude apretar y llegar a buen ritmo. En resumen, esta afición es para sufrir y superar los obstáculos. Por eso, hoy me siento feliz, aunque dolorido. Y quemado. Literalmente. Aunque me puse protector, estoy como un sueco puesto al sol, las piernas como una amapola. Ahora, a descansar de competición. Tres grandes en tres meses es una paliza. Despues de recuperarme, solo entrenar sin objetivos, sin obsesiones, hasta que me vuelvan las ganas, el pique, el sueño de un reto a superar. Y eso, lo sé, no tardará mucho.

domingo, 4 de septiembre de 2011

La era de los consensos.


Es al menos simpático leer algunas de las cosas que se están diciendo con motivo de la aprobación por el PSOE y el PP de la reforma constitucional para limitar el déficit. Destaco dos de esas “curiosidades”.

La primera, el comentario común de los “populares” de que “ahora se abre la era de los consensos” para paliar las consecuencias de esta atípica crisis económica, social y política. Tiene su gracia. Ahora, que se vislumbra que el Partido Popular puede ganar las elecciones generales del 20N, llega la era de los consensos. No a primeros de año. No en las reformas laborales. No en todo lo que ha habido que hacer hasta ahora. Ahí siempre en contra. Pese a las consecuencias de que no se aprobaran las medidas. No. Tocaba oposición. Pura y dura. Sin piedad. Ahora hay que cambiar, todo por España, por el interés general que decía Álvarez Cascos. Hay que apoyar.

Lo peor, o lo mejor, es que tienen razón. Solo hay consenso cuando el PSOE está en la oposición. Nunca cuando la derecha está fuera del Poder. No hubiera habido pactos de la Moncloa si no fuera con el PSOE en la oposición. No hubiera habido pacto constitucional con el PSOE en el Gobierno. La derecha se hubiera desmarcado. De hecho, lo hicieron en el Título Octavo, ese que habla de las autonomías. No hubiera habido Pacto Antiterrorista. No hubiera habido Pacto por la Justicia. Porque el PSOE vota por responsabilidad. No siempre lo hace el PP.

Segunda curiosidad, el berrinche de los nacionalistas. Lo entiendo. Si hay pacto PSOE-PP, ya no caben esos chantajes a los que tanto rendimiento, sobre todo económico, le han sacado, CiU y PNV. Se temen más acuerdos de este tipo y que pierdan esa posición predominante de las minorías que mandan más que las mayorías.

Perversiones de la democracia, que no hacen de que deje de ser el mejor sistema posible.

EVENTOS DEPORTIVOS Y PROMOCIÓN TURÍSTICA.

No me resisto a publicar en mi blog el articulo que el pasado 29 de agosto pubicó en todoas sus cabeceras el Grupo Joly, con el título de "Eventos deportivos y promoción turística".


He leído con relativa sorpresa (digo relativa porque ya sabemos que estamos en pre-elecciones, aunque falten aún siete meses para las andaluzas) unas declaraciones de dirigentes del Partido Popular sobre los eventos deportivos y la promoción turística en Andalucía. Me sorprende la falta de rigor en algunos datos que se dan y que son notorios, y a cuyo esclarecimiento quiero dedicar estas líneas.

Los eventos deportivos pueden ser una excelente manera de promocionar un destino turístico. O no. Depende de cómo se plantee. La política deportiva de la Junta de Andalucía pretende asegurar que el posicionamiento, la proyección, la relevancia que se obtiene, incluso si se aparece o no en el tiro de cámara televisivo, responda a la inversión que se hace. Eso implica rigor, mediciones, negociar con claridad y fortaleza. Pero parece que no siempre se hace así y no todos somos iguales.

Un ejemplo puede ser el Gran Premio de Motociclismo de Jerez (por cierto, en estos momentos en trámites de cierre de negociación). Nadie dudará de la proyección de la marca de Andalucía y de Jerez que ahora se consigue. Es una muestra clara de lo que representa que la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte pase de mera patrocinadora a organizadora, para poder gestionar los retornos y que no queden en manos de otros su comercialización.

Por tanto, y como decía recientemente el secretario general para el Deporte, Ignacio Rodríguez, eso se consigue con planificación y no con improvisación. Son contratos a tres o cinco años, negociados fleco a fleco, ajustados, con seguimiento, con profesionalidad. Y muchos de esos eventos pueden caer por la situación presupuestaria.

La segunda cuestión que me preocupa es la intención de buscar sesgo político a las localizaciones de los eventos de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte. Solo porque no es verdad. La Andalucía Extreme Sailing se hace desde hace tres años en Almería, con alcalde del PP y muy buena colaboración. El Andalucía Tennis Experience se realiza igualmente en Marbella, con alcaldesa del PP. Los últimos Juegos Iberoamericanos se celebraron en San Fernando, con gobierno conjunto PA y PP. El Open Andalucía de Golf tiene lugar en Málaga, con alcalde del PP. El Andalucía Máster de Golf (que ya no es la Volvo) se organiza en San Roque, que tenía alcalde del PP. La lista sería interminable. No hay elección por color político, sino por un análisis riguroso de oportunidad y excelencia.

Ahora, la causa del ataque, la Copa Davis en Córdoba. Todo el respeto a quien ha decidido participar en ese evento, el Ayuntamiento. Pero una decisión tomada en julio, por su cuenta y riesgo, no puede (presupuestariamente es imposible) alterar una planificación seria y pública (se anunció completa en FITUR, en el mes de enero). Y si alguien quiere saber las razones, que lea las declaraciones del consejero de Turismo, Comercio y Deporte, Luciano Alonso, en la edición nacional de AS del 30 de julio de 2009, recién celebrada la fase de Marbella, por cierto, en municipio gobernado por el PP, como hemos dicho. No es una decisión repentina no participar en la Copa Davis. La Junta de Andalucía no puede gastar casi un millón setecientos mil euros en cánones para la Federación Española de Tenis en tres años, más todos los gastos de organización. Ninguna Comunidad ha querido hacerlo. Que no hay ninguna discriminación a Córdoba lo demuestran los datos de inversión en instalaciones deportivas o el proyecto del palacio de Congresos, inversiones en estructuras permanentes y generadoras de riqueza y empleo.

Por último, me gustaría comentar algo sobre la opinión del PP en el sentido de que las campañas de esta consejería en los medios de comunicación son autobombo. O sea, que las campañas “Vacaciones en Verano”, “Andalucía es tu casa”, “Los Puentes en Andalucía”, “Andalucía, el mejor regalo en Navidad” o “Andalucía, ¿hay una semana más apasionante en Semana Santa?”, ¿son sólo pura propaganda?. La asistencia a las ferias de promoción, pactadas en la Mesa del Turismo, ¿tampoco son válidas? ¿El PP suprimiría las campañas, las ferias, la promoción de la marca Andalucía? ¿Acaso se pone en cuestión el papel de los medios de comunicación en estas campañas?.

En definitiva, en este ciclo económico, y con los datos que tenemos, mejor no jugar con”las cosas de comer”.

José Francisco Pérez Moreno

Consejero Delegado de Turismo y Deporte de Andalucía, S.A.

viernes, 2 de septiembre de 2011

¡Es la Educación, estúpidos!

No es por insultar. Es sólo un remedo de la famosa frase de la campaña de Clinton, ideada por su estratega James Carville. Pero viene bien al caso


Hemos cambiado completamente de paradigma. Ahora, lo único importantes es reducir este bestial déficit (de todos, Estado, bancos y particulares). Y, en esa carrera de recortes, que los ciudadanos en general aplauden, se introducen medidas de un claro sentido ideológico.

Lo que más me preocupa, por encima de todo, son las medidas en el ámbito de la educación. Y me explico. Si reducimos (ojo, reducen Esperanza Aguirre y Cospedal) el número de profesores, aumentamos la ratio de alumnos por clase, quitamos las tutorías, y al mismo tiempo, aumentamos la educación concertada y damos ventajas fiscales a quienes llevan (a quienes pueden llevar y pagar) a sus hijos a la enseñanza privada, estamos consagrando un modelo dual. Una enseñanza pública de mínimos, justita de medios, para quienes no pueden pagar otra cosa, y una buena enseñanza privada para quien puede pagar.

Las consecuencias de esta política, inadvertida en el ruido de la crisis, son letales para la igualdad. Nos hemos basado en que hay que conseguir que todos y todas, sin importar su origen, clase y procedencia, tengan las mismas oportunidades, y que sea el talento y no los medios económicos, los que marquen adonde llega cada uno. Todo eso está a punto de tirarse a la basura. Lo importante es adelgazar lo público y primar lo privado.

No hay más que leer la prensa u oír la radio afín a esos planteamientos neoliberales y ver la profundidad del ataque. El otro día oía como se compara a los profesores con los controladores aéreos y se postulaba que había que cortar sus “abusos” en jornada y sueldos. Hoy podemos leer algún reportaje que habla también sobre los privilegios de los maestros. Se trata de criminalizarlos para que la sociedad acepte los recortes.

No es un problema de los maestros, sino de la sociedad. No es cuestión de huelgas, sino de explicación a los padres de las consecuencias para sus hijos.

¿Hay algo más ideológico que eso? ¿Va a ocurrir sin librar la batalla?