sábado, 28 de febrero de 2009

Día de encuestas

Entre otras cosas, el 28 de febrero se caracteriza por ser día en que algunos medios publican encuestas sobre intención de voto, valoración de líderes y estado de la opinión pública. Hoy he visto las que publican los grupos JOLY, VOCENTO y PRISA.

Fue Rafael Martín de Agar quien me inculcó el gusto por hacer e interpretar estos estudios. A no sacralizarlos ni demonizarlos, sino a considerarlos herramientas relativas de análisis. A considerar que lo importante no es la foto fija, sino las tendencias. Practicamos tanto que hasta impartimos cursos de cómo se hacían. Aún recuerdo como, en el año 1983 (¡Y ya hace 26 años de eso!), hacíamos varios estudios para intentar saber cómo saldrían las municipales de ese año (en las que los dos éramos candidatos, yo el 10 y él el 13) y predijimos que pasaríamos de 8 concejales a 16 y casi 17. Nos prohibieron comentarlo. Lo clavamos. 16 y por poco no sacamos el 17.

Las encuestas de hoy, que las he comparado con los resultados reales de marzo de 2008 y con el estudio de otoño del EGOPA, coinciden en poco entre ellas, pero sí en las tendencias. Coinciden en la bajada del PSOE, hasta rozar por debajo la mayoría absoluta. Coincide en la subida del PP, hasta, según El País, ponerse a 1’1 puntos de diferencia. Coinciden en la bajada de la valoración de Manuel Chaves. No coinciden en la de Arenas, pues baja en todas menos en la de ABC.

Y todas coinciden también en el pesimismo de los ciudadanos. La situación económica, y, sobre todo, el paro, están en la mente de los ciudadanos. Junto a esto, ruido, mucho ruido. Corrupción, jaleos, ataques, insultos, entre los partidos y sus dirigentes. El Partido Popular, con el típico ventilador, ésta vez sí los han cogido con las manos en la masa, y pretenden el ”todos somos iguales”.

¿Qué es lo que más me preocupa? No los datos, no. Cuando no hay perspectiva electoral cercana, la motivación de respuesta es distinta. Es indicadora, pero no reveladora. Me preocupa la falta de mensajes fuerza. Me preocupa la falta de capacidad de crear ilusión, esperanza. Me preocupa que, como dijo Daniel Innerarity, “las propias opiniones son presentadas de tal modo que no pueden rebatirse con argumentos, sino con adhesiones o rechazos de otro tipo”.

De nuevo hemos de mirar a Obama, que está siendo capaz, ante una situación quizás más crítica aún que aquí, de generar esas sensaciones que permiten temer el presente pero trabajar para el futuro.

miércoles, 25 de febrero de 2009

La doble vara de medir

¡Cómo deben estar divirtiéndose los que ven la política como espectáculo ajeno! Lo cierto es que no damos un ejemplo, precisamente. Para quienes estamos dentro, al menos algo de sonrojo debemos sentir.

Viene el título al asunto Garzón, tan de actualidad, pero ya con tanta historia. Intento no hacer partidismo fácil, solo reflexionar como siempre vemos penalti en el área contraria, pero no vemos los agarrones en la propia.

Cuando Garzón se presentó en la lista del PSOE en el año 1993, se le tildó por el Partido Popular de todo, oportunista, protagonista, que no debía jamás volver al Juzgado. Cuando, por las circunstancias muy conocidas, volvió a su Juzgado de Instrucción en la Audiencia Nacional, y reabrió de forma peculiar el sumario de los GAL, imputando a quienes luego fueron condenados, el ex Ministro Barrionuevo y el ex Secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, los mismos populares alababan su valentía, su independencia, su honestidad frente a las presiones. El Mundo y la COPE “investigaban” y publicaban todo el sumario, sujeto a secreto.

Cuando ahora instruye un sumario contra algunos relacionados o miembros del Partido Popular, es un prevaricador, vengativo, influenciable, etc. Etc. Hasta el punto de pedir que se le inhabilite ¡¡20 años!!. Cuando vemos multas de 2.000 euros por otros asuntos.

Eso es lo que se llama doble vara de medir, una para cada interés que tengamos. Claro que este discursos se hace exactamente igual desde el otro bando. El PSOE lo calificó de felón, y ahora protege su independencia.

Al final, descrédito ya no de la Política de los partidos, sino de la propia credibilidad de Estado.

Como dirían los italianos, ¡Porca miseria!

domingo, 22 de febrero de 2009

Montaña, nieve y amistad



Si hace un par de meses contaba mi bautismo en una nevada, ayer fue la inmersión en la nieve de verdad. Ayer tocaba nuestra excursión de montañismo, que estamos convirtiendo en algo permanente, por los ratos tan buenos, divertidos e incluso apasionantes que pasamos.

Nos fuimos para la Sierra de las Nieves, un grupo de ocho amigos. Hacía tiempo que queríamos ir a estos lugares, pero el temor a la nieve caída nos desviaba, con mucho agrado, a la Sierra de Grazalema. Pensamos que ya no habría apenas nieve y a las seis de la mañana salíamos (después de llegar a las doce de la noche del día anterior desde Almería). Algo más de los ocho y media era cuando dejábamos los coches en la zona recreativa de Los Quejigales, para encarar la ascensión al Torrecilla, pasando por la Cañada del Cuerno y el Pilar de Tolox. Magníficos los viejos y los nuevos pinsapos, llegada al Nevero, el Pilón.

Y, para nuestra sorpresa, nieve, mucha nieve. No como en diciembre en el Pico del Reloj, suave nevada. No. Aquí era nieve acumulada, más de medio metro en algunos lugares, dura, resbaladiza, preciosa. Y al llegar a la ladera del Torrecilla, algo realmente impresionante, difícil, complicada. Tanto que yo no me atreví a subir, y a unos trescientos metros del pico me volví.

En el retorno, el sol mandaba, la nieve más blanda nos permitió un retorno trabajoso y precioso. Una experiencia estupenda. Este tipo de actividad realmente te relaja, pues te agota físicamente, te hace estar concentrado en lo que haces, despejar tu mente de otras preocupaciones y pensamientos. En fin, una gozada.

Y amistad. En este mundo, como en las carreras y entrenamientos, se encuentran amigos desinteresados, ayudas en los momentos necesarios, generosidad, risas (bolazos de nieves a traición también). En fin, que si, como dicen, la felicidad es buscar y encontrar momentos felices, a veces los tenemos más cerca de lo que creemos.

Una foto de mi hermano Gonzalo, que muestra claramente la situación de tiempo y nieve que disfrutamos ayer, y otra mía, por no dejar el protagonismo natural de este blog.

jueves, 5 de febrero de 2009

Transparencia en la Política.

He escrito varias veces sobre el descrédito que se ha ganado a pulso la Política y, sobre todo, los políticos (y políticas), entre los ciudadanos. Frases como “no quiero saber nada de política”, o “son todos iguales, van a hartarse y punto”, son consecuencias de actitudes y hechos que han llevado a esa tremenda falta de afección por esta necesaria actividad.

He hablado del lenguaje que usamos, y de los modos. Hoy quiero hablar de la transparencia. En el sentido de transparente que da el Diccionario: “Claro, evidente, que se comprende sin duda ni ambigüedad”. Eso es lo que necesitamos para la ciudadanía vuelva a confiar en quienes nos dedicamos a la administración lo público. Sin duda ni ambigüedad. Entendible.

Transparencia en lo que tenemos al entrar y al salir de los cargos. Y que se pueda consultar y controlar. Porque manejamos fondos públicos y gestiones de todos. En Andalucía, se aprobó una norma sobre los intereses y patrimonio de los cargos públicos y parlamentarios. Cualquiera puede comprobarlo. Mi declaración está en esta dirección.

Los miembros electos de los ayuntamientos también están obligados, por la Ley del Suelo, creo, a publicar sus intereses y bienes. Pero muy pocos lo han hecho. El de Sevilla Capital, sí
Pero también transparencia en la gestión. Qué hacemos y cómo, y compararlo con lo que prometimos, al salir y día a día. Entre lo que dijimos hace dos años y lo que realmente hemos hecho.

En el suplemento de tecnología de El País, Cyberpaís, se publica un interesante artículo sobre un servicio que funciona en Gran Bretaña, que rastrea la actividad y la transparencia de los políticos británicos. Se introduce su código postal, y la página le dice quién es su representante político, cómo puede ponerse en contacto con él o ella, que actividad ha realizado en los últimos tiempos. Realmente interesante. MySociety se llama el sitio, y el servicio FixMyStreet, “arregla mi calle”.

Tomemos nota y, sobre todo, hagámoslo. Menos discursos grandilocuentes y ampulosos y más “praxis”, que llamábamos antes.