jueves, 5 de febrero de 2009

Transparencia en la Política.

He escrito varias veces sobre el descrédito que se ha ganado a pulso la Política y, sobre todo, los políticos (y políticas), entre los ciudadanos. Frases como “no quiero saber nada de política”, o “son todos iguales, van a hartarse y punto”, son consecuencias de actitudes y hechos que han llevado a esa tremenda falta de afección por esta necesaria actividad.

He hablado del lenguaje que usamos, y de los modos. Hoy quiero hablar de la transparencia. En el sentido de transparente que da el Diccionario: “Claro, evidente, que se comprende sin duda ni ambigüedad”. Eso es lo que necesitamos para la ciudadanía vuelva a confiar en quienes nos dedicamos a la administración lo público. Sin duda ni ambigüedad. Entendible.

Transparencia en lo que tenemos al entrar y al salir de los cargos. Y que se pueda consultar y controlar. Porque manejamos fondos públicos y gestiones de todos. En Andalucía, se aprobó una norma sobre los intereses y patrimonio de los cargos públicos y parlamentarios. Cualquiera puede comprobarlo. Mi declaración está en esta dirección.

Los miembros electos de los ayuntamientos también están obligados, por la Ley del Suelo, creo, a publicar sus intereses y bienes. Pero muy pocos lo han hecho. El de Sevilla Capital, sí
Pero también transparencia en la gestión. Qué hacemos y cómo, y compararlo con lo que prometimos, al salir y día a día. Entre lo que dijimos hace dos años y lo que realmente hemos hecho.

En el suplemento de tecnología de El País, Cyberpaís, se publica un interesante artículo sobre un servicio que funciona en Gran Bretaña, que rastrea la actividad y la transparencia de los políticos británicos. Se introduce su código postal, y la página le dice quién es su representante político, cómo puede ponerse en contacto con él o ella, que actividad ha realizado en los últimos tiempos. Realmente interesante. MySociety se llama el sitio, y el servicio FixMyStreet, “arregla mi calle”.

Tomemos nota y, sobre todo, hagámoslo. Menos discursos grandilocuentes y ampulosos y más “praxis”, que llamábamos antes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este post es realmente muy curioso, sobre todo, porque viene de quien viene. Un personaje que ha utilizado todo lo que critica para subir en política.

¿A qué juega? A "poli" bueno, increíble

Paco Pérez Moreno dijo...

Bueno, este comentario es opinable, pero en cualquier caso, mejor darse cuenta que perseverar en el error, ¿no?.