sábado, 14 de junio de 2008

El “NO” de los ciudadanos.

La noticia del día es el NO de los irlandeses en el referendo del Pacto de Lisboa. Eso sume a la Unión Europea en una nueva (o continuación de la misma) crisis de identidad y de estructura común para construir el futuro. Tras muchos años de trabajo tratando los políticos de los distintos países encontrar puntos comunes, parece que todo hay que empezarlo de nuevo.

Quizás lo más destacado de esta noticia, que ocupa páginas y páginas en toda la prensa de hoy (escrita y digital), es que todos los grupos políticos significativos pedían el SÍ, con toda intensidad, con premura, sabiendo lo que significaba un rechazo. Sin embargo, los ciudadanos han optado por no hacer lo que sus políticos, sus líderes, sus “teóricos” referentes, le aconsejaban, e incluso, le suplicaban, si vemos las últimas noticias.

Y cuando decimos los ciudadanos (y ciudadanas, claro), hemos de acotar lo que decimos. La participación fue mayor de la esperada. Llegó hasta el 53’1 % del censo. Y de éstos, un 53’4 votó no.

Bueno, pues de esto quería yo hablar hoy. No de la noticia en sí, sino del hecho, cada vez más palmario y evidente, del alejamiento de los ciudadanos y ciudadanas de los que hacen, dice y piensan (que no siempre suele coincidir) sus dirigentes políticos. Y su expresión más clara se produce cuando, en un sistema democrático, más importante es. Cuando se le pide que exprese su opinión mediante el voto.

Ya incluso nos parece mucho un 53 por ciento. En Alcalá sabemos bien de eso. En las últimas municipales, las elecciones más cercanas, más inmediatas, no llegamos al 50 % de participación.

Como yo creo en la POLÍTICA, me preocupa mucho el tema. No se qué puedo hacer, pero me preocupa. Si quienes toman (tomamos) decisiones nos alejamos de lo que piensan nuestros representados, ¿Qué estamos haciendo mal?

Sigo pensando, como autocrítica, que estamos en nuestro mundo; que, como ya he dejado dicho, miramos más a los espejos que nos reflejan que a las ventanas que nos hacen ver el mundo real. Que escuchamos sólo a quienes nos alaban, y repudiamos a quienes discrepan de nosotros. Que hablamos de renovación, y cercanía, y de no acumulación de cargos, hasta que los conseguimos, y entonces cambiamos y lo justificamos todo. Y hasta los cambios permanentes de chaqueta nos parecen normales.

He releído cuántas cosas decíamos en el año 2000 que necesitaba nuestro Partido para conseguir volver a tener la confianza de nuestros electores y recuperar el Gobierno. Y las hicimos. Las encabezó Jose Luís Rodríguez Zapatero. Releamos todos esas declaraciones, a todos los niveles, y veamos que queda de eso, sobre todo ahora que la situación política y económica es inestable.

Para mí, y es solo teoría, la solución está en la renovación permanente y no sólo táctica. Está en obligarnos a escuchar más a la gente. Está, como alguien ha dicho recientemente, en “liderazgos compartidos que eviten los hiperliderazgos autocomplacientes”.

Está en ……..¡ay, si yo supiera donde está la solución!

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