La verdadera crisis

He escrito en varias ocasiones sobre este asunto de la crisis económica (¿me arriesgo a que me expedienten por usar este término?). Una de ellas sobre esa denominación, y otra, el 5 de abril, sobre como afectaba el desempleo especialmente a la mujer.

Hoy, repaso de nuevo las estadísticas y, por desgracia, no me sorprenden. Estamos en la línea general. En nuestra Ciudad, hemos pasado de 5437 demandantes de empleo en junio de 2007 a 6026 en junio de 2008. Eso supone un crecimiento, en un año, de 589 personas en esa situación.

El dato es grave, fríamente visto, pues supone un crecimiento en torno al diez por ciento (10 %), en un año, cuando la crisis está, en mi opinión, aún en crecimiento.

Pero lo grave, lo verdaderamente grave, es la situación personal que empieza a producirse. Detrás de cada estadística hay personas, familias, problemas reales. Empieza a haber situaciones límites en el pago de hipotecas, de alquileres.

Por eso, mi opinión, en mi ideología, es que es ahora cuando tiene que demostrar su razón de ser, el “Estado”, como conjunto del Sector Público. Cuando tiene que ser motor de actividad económica. Cuando tiene que dar ejemplo de austeridad. Cuando tiene que poner en marcha políticas efectivas de solidaridad. Cuando tiene que haber, por ejemplo, una verdadera política de viviendas sociales, de alquiler, realmente para los que más lo necesitan.

Ahora, cuando hay dificultades, es cuando hay que dar la talla. Todos. Y todas.