domingo, 8 de agosto de 2010

Conseguir un reto.


Pocas cosas son tan agradables como poder cumplir un reto.

Relato algunos de los requisitos para que sea, a mi juicio, realmente un reto. Ponértelo tu mismo, que no sea una obligación sin más o una imposición. Que conseguirlo requiera preparación, verter ilusión, dedicarle tiempo. Que requiera sacrificio, que no sea algo fácil, irrelevante para cada uno. Compartirlo, que no sea egoísta, que participen tus amigos y personas queridas, aunque sea sólo para darte ánimo o prevenirte. Si sufres para conseguirlo, dentro de un límite, del límite que tu mismo quieres ponerte, la satisfacción es enorme. Aunque sea irrelevante el mismo reto. Aunque algunos te digan, ¡Bah, ¿y merece la pena!. Para ti, sí, la merece y mucho.

Y es una ventaja poder aplicar lo que aprendes, preparándolo y superándolo, para todo en tu vida, en lo cotidiano, en lo profesional. Como dice la canción, “saber que se puede”.

Todo ese rollo para decir que he vuelto a subir el Veleta. Este año, la Mini, las lesiones no han dado para más. Pero, sufrido, a ratos hasta doloroso, lo he conseguido. Y, como siempre, me sirve para ponerme nuevos retos, para ver en qué tengo que cambiar para recuperar la forma, para mantener el peso, para ilusionarme.

Todos los de Alcalá hemos terminado, sufriendo, pero consiguiéndolo.

Y este año, va por Rafa Piña, uno de los que siempre está ahí. Y estará. Una desgracia familiar (el fallecimiento de su abuela, todos lo sentimos) le ha impedido subir y ayudarnos con su humor y su alegría, pero, mañana (bueno, pasado), a preparar otro retos.

Acompaño una vista del Veleta, que no es de las típicas estampas bonitas del Pico, pero que representa la visión dura de los caminos que hay que subir.

No hay comentarios: