martes, 17 de marzo de 2009

Elecciones autonómicas (II) Euskadi.

Dos coincidencias se producen entre las elecciones gallegas y las vascas, además de su simultaneidad. Primero, en ambas, el PSOE (PS d G y PSE, respectivamente) ha sacado idéntico número de parlamentarios: 25. Pura coincidencia, pues la valoración no puede ser más dispar. Mal resultado en Galicia (fracaso), excelente en Euskadi, que puede permitirle gobernar.

Segundo, y éste sí es común, en ambos territorios, las minorías que han estado en el gobierno han perdido. Muy notable en el caso hoy analizado. Eusko Alkartasuna se ha quedado con un solo diputado, pese a su giro abertzale para tratar de atrapar votos perdidos del la antigua Batasuna. E Izquierda Unida (Ezker Batua) roza la desaparición también con un solo diputado, ni siquiera su líder y actual Consejero de Vivienda, Javier Madrazo, ha salido elegido. En los dos casos, han presentado su dimisión. (¿se imaginan ustedes que en Andalucía pasará igual, y quien perdiera elecciones, una, dos o tres, presentara su dimisión?)

Por otro lado, el fenómeno de Aralar es significativo. Ha recogido suficientes votos para consolidarse como una novedosa y necesaria alternativa representante de los abertzales democráticos, es decir, no violentos. Eso, junto a la evidente descomposición interna de ETA, puede cambiar la historia de ese país.

Por último, la aparición, breve pero con peso, del partido de Rosa Díez, demuestra que resta más votos al PP que al PSOE. Evidente, pues su discurso se encuentra más cerca del nacionalismo español que de la izquierda.

Es fácil comprender que el Partido Popular mantenga que las cosas iban mejor cuando Nicolás Redondo Terreros y Rosa Díez mandaban en el PSOE, en vez de Patxi López. En aquellos momentos, el PP consiguió 19 escaños, frente a 13 de PSE. Ahora, ocho años después, 25 del PSE frente a 13 del PP. Les iba mejor a ellos, a nadie más.

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