domingo, 11 de enero de 2009

Los referentes políticos.

Los que creemos en la Política, en su necesidad y su utilidad como el mejor sistema para gobernarnos, reconocemos la necesidad de tener referentes políticos, es decir, personas, hombres y mujeres, que inspiran confianza, que lideran proyectos, que generan ilusión. Son personas que no se fabrican, que surgen por sus cualidades personales, por el momento que viven.

Pero, sobre todo han de tener unas cualidades muy acentuadas y saber proyectarlas. Si no, pueden quedarse en blufs, en burbujas que escogen discursos bonitos y a veces brillantes, pero vacíos, repetidos, llenos de poses y lugares comunes.

Acabo de leer una entrevista a Barak Obama en El País de economía, larga y brillante. Casi toda centrada en la crisis económica, sus consecuencias y cómo frenarla y cambiarle la tendencia. Y lo que más me ha llamado la atención es el lenguaje que usa. Claro, directo, sin perífrasis. Y cuando no sabe o no puede dar una respuesta, lo dice. Pregunta: “¿Va a revocar inmediatamente los recortes fiscales del Presidente Bush?”. Respuesta. “La verdad es que no puedo darle una respuesta clara e inmediata a lo que plantea”.

Puede parecer una plamplina, pero puede que un político más de aquí hubiera contestado con una larguísima frase que al final no hubiera dicho nada. ¡En tantos cursos de oratoria política nos han enseñado en contestar sobre el tiempo que hace, nos hagan la pregunta que nos hagan!

Por eso, si queremos recuperar el prestigio de la política, su dignificación, junto a medidas de transparencia, honradez y dialogo, debemos incluir un nuevo lenguaje más directo, creíble, sincero. Y por tanto, menos presuntuoso, vacíos de contenido y llenos de pompa. No basta con ganar el aplauso de los nuestros, necesitamos convencer a los ciudadanos.

Y pongámonos manos a la obra, que se nos acaba el crédito, en forma de abstención y alternativas estrambóticas.

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