lunes, 19 de mayo de 2008

Solidaridad activa

La reiteración de noticias sobre un tema termina por saturarnos. Llega un momento en el cual las cifras pierden su importancia en nuestra conciencia, o, al menos eso parece. Entonces, sentimientos como la compasión y la piedad, valores como la solidaridad y el ansia de justicia, parece que no nos afectan.

O quizás, la reiteración de la misma noticia hace que ya no figure en portada, ni en titulares, y, como son los medios los que filtran la información y conforman nuestra opinión, pues desaparecen también de nuestro primer nivel de preocupación.

Seguramente, habrá de las dos causas en nuestro desapego en las cifras de muertes, desaparecidos y damnificados tras el ciclón de la antigua Birmania, actual Myanmar. Leo a esta hora el periódico y dice que son 77.738 los primeros, 55.917 los segundos y 2’5 millones los terceros.

Repito. Casi 78.000 muertos, sobre 60.000 desaparecidos (eufemismo de más muertos, o ¿alguien cree que “aparecerán”?) y dos millones y medios de damnificados.

Me hace recordar la marea de solidaridad que provocó el tsunami. ¡Que contraste!

Quizás, como excusa, se nos diga que el régimen militar, la dictadura que sufre ese país, no deja entrar ni a la prensa ni a la ayuda humanitaria personal, a cooperantes, médicos, expertos en logística. Por supuesto, tampoco a la prensa.

Una pregunta, entre varias más, se me ocurre. Si entramos, los occidentales, los de las Azores, en Irak, para derrocar a un sanguinario dictador, ¿porqué no se puede imponer la “ayuda” a esa dictadura?

Puede que alguien piense, “que hace Paquito hablando de estos temas”. Lo siento, me remuerde la conciencia por lo que ocurre, por esa injusticia y nuestra cobardía para luchar contra ella.

Intentaré mañana hablar de mi impresión de Alcalá Activa. Perdonen este desahogo,

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