martes, 27 de julio de 2010

Las cosas bien hechas




Dado que mi bronquitis me impide (de momento) correr, esta mañana he salido a dar un largo paseo por los caminos forestales que Medio Ambiente ha hecho para proteger los pinares de Rota.

Un auténtico placer. Las cosas bien hechas dejan un buen sabor de boca. Pasear temprano por medio de esos maravillosos pinares, respirando el aire de levante, el aroma de los pinos, ver como se recupera esa vegetación dunar, es algo que te da vida.

Recuerdo tantos momentos de mi niñez por estos lugares, cuando veníamos a coger camaleones (entonces no estaba prohibido). Un año cogimos uno y lo llevamos a casa de mi madre, donde el patio era un verdadero jardín. Allí se perdió el camaleón, y aparecía muy de vez en cuando, sobre todo en el día de los Reyes de San Agustín al pasar por mi Cerro de los Locos, ese día de la guerra de caramelos con quienes veían la cabalgata desde la casa de Julián.

Aquí, al igual que en Alcalá, se demuestra que la protección ambiental es compatible con el disfrute de los ciudadanos de los maravillosos parajes que nos rodean, y que solo el civismo puede seguir con la conservación de esas maravillas naturales para las generaciones que nos sucedan.

Adjunto un par de fotos, o tres, sacadas esta mañana desde mi Black, para que puedan imaginar el disfrute.

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