Un mes justo sin escribir en mi blog. No tiene perdón de Dios, sobre todo por las muchas cosas que han pasado en los ámbitos en los que suelo pronunciarme. Y no será porque mi amigo Jesús no me haya insistido. En fin, ruego mil perdones y a enmendar con resumen.
Quizás lo más significativo en este periodo ha sido el Congreso Extraordinario de mi Partido. Tal vez demasiado desgaste previo (Que si congreso no, que si sí pero más delante, que ahora mismo lo hacemos…) para llegar a este final anunciado.
La renovación es necesaria y positiva, aunque muchos llegan predicándola y luego siguen y siguen (como las pilas Duracel…), siempre con la excusa de “me lo han pedido, no tengo más remedio, mi pueblo me lo requiere…” ¡Cuánto sacrificio por el interés general!
En este caso ha habido renovación de verdad, en estructura y en personas, en edades y en experiencias. El tiempo dirá si es acertado o no, pero al menos valentía sí ha habido.
Y también este Congreso ha “retratado” la fuerza de la que muchos presumían y se ve que no era sino autoventa y autobombo. El reparto ha cambiado, las cartas se han barajado de nuevo y ya no valen los faroles en el juego.
¿Y Alcalá, como ha salido de este Congreso? Bueno, tampoco vamos a hacerlo todo en una solo entrada. Seguiremos escribiendo, que hay cosas muy jugosas.
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