lunes, 29 de marzo de 2010

Más de lo público.

Perdónenme que insista en el mismo tema de ayer, de defensa comprometida de lo público. Y digo comprometida en el sentido de compromiso, de entender que de los ataques de los que hay que defenderse son a la raíz de su razón de ser.

Al igual que en los asuntos de defensa del medio ambiente, en los que se hizo popular ese dicho de “piensa en global, actúa en local”, yo creo que no hay que limitarse a observar la situación mundial y lamentarse. Nos deja asombrados ver como los mismos entes del capitalismo más salvaje, o neoliberal en términos modernos, que nos llevaron a la brutal crisis económica y social que sufrimos, que inventaron los bonos y las hipotecas basura, que hundieron la economía llenando sus bolsillos, son los mismos que hoy dicen que el endeudamiento público que se realizó para paliar sus desastres son nocivos, los que hunden el euro apostando contra la deuda griega, los que vuelven a sus prácticas ilimitadas sin control.

Pues bien, que ese asombro de lo macro no nos impida ver como se demoniza lo público y se ensalza lo privado como si fuera la panacea, puros e inmaculados, en lo más cercano. Claro que hay problemas en la gestión de algunas empresas públicas. Y debemos ser implacables contra ello. Pero no generalicemos, como no generalizamos cuando vemos que, por ejemplo, la práctica del patrón de los patrones, Díaz Merchán, ha llevado a la ruina a sus empresas, a sus trabajadores y sus acreedores. Y la campaña pasa de ser sutil, al mayor esplendor y eco posible, como vimos ya en la prensa de ayer mismo, incluso falseando parte de la información, cuando ya no vale manipularla.
Otro ejemplo. En la prensa del jueves pasado, (El País) aparecía en portada el titular “Casi la mitad de las cajas tuvieron pérdidas en el cuarto trimestre”. En sus páginas de economía, “Las provisiones hacen que 20 cajas sufran pérdidas en el cuarto trimestre”. Y solo más abajo, en letra más pequeña “19 bancos tuvieron resultado negativo en los últimos tres meses”. Obsérvese con atención. Portada, las cajas. Pérdidas. 20 en total. Más pequeño, los bancos, 19, y ya no son pérdidas (que todos entendemos que es), sino resultados negativos. Es como más fino. Pero son 39 las entidades financieras con dificultades, no sólo las cajas.

Frente a ello, hay que reaccionar. Haciendo lo público eficiente, rentable, transparente. Denunciando y arreglando lo que no funcione. Y defendiendo el valor que tiene lo público en un Estado Social de Derecho, que dice nuestra Constitución.

No nos equivoquemos, ni relativicemos el peligro. Los ataques a las cajas proviene de que los grandes bancos quieren la tarta entera, que no se resignan a que pueda haber instituciones financieras que no tienen por objetivo la de repartir dividendos, sino retornos sociales.
Y que lo que se pretende que sustituya a las empresas públicas no es la Administración, sino empresas privadas, contratas y concesionarias. Un ejemplo para que se entienda en mi pueblo. Si se sustituye la Mancomunidad de los Alcores, que se encarga de la limpieza viaria y recogida de basuras (con bastante acierto), la alternativa serían esas contratas de las que tanto oímos hablar con conflictos laborales, huelgas salvajes, precarización de empleo, etc.

Por ello, hagamos un gran compromiso, todos lo que pensamos de parecida manera, por estos objetivos. Los trabajadores, los sindicatos, los partidos que sostienen ideas de progreso, las entidades y personas que se benefician de esa gestión pública. Luego, no valdrá quejarnos de nuestra mala suerte.

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