Vuelve la montaña.

O, mejor dicho, nosotros volvemos a la montaña.
Sí, con la llegada de un poco de agua y fresquito (que aún no llega a frío, aunque llegamos a estar a 0’5 grados), hemos recuperado la afición de hacer montañismo. Esta vez hemos ido a La Yunquera, en la Sierra de las Nieves, hacía el Peñón de los Enamorados, Caucón y toda esa zona.
Es preciosa y llena de contrastes, muchos pinsapos, viejísimos y recién plantados, pasamos de un ambiente verde, a uno típico de alta montaña, solo con quejigos y plantas duras.
Es una actividad que realmente hace que desconectes, que dejes tu mente vagar, disfrutar con rincones, con árboles, con los cuervos (de plumas), con los cortes muy profundos.
En fin, naturaleza y vida.