lunes, 11 de mayo de 2009

Crisis económica, ¿y social?

Veo algunas cosas en mi pueblo que hace tiempo que no veía, y menos aún, tan coincidentes. Me refiero a aspectos reivindicativos de los vecinos, con expresiones visibles. Coinciden en el tiempo pancartas en las entradas reclamando pistas de entrenamiento de atletismo, manifestándose en la inauguración del Polideportivo de San Juan; o pancartas reclamando por problemas de escolarización en la zona del Campo de las Beatas; o las recientes asambleas y manifestación por la inseguridad ciudadana; o vecinos protestando por los problemas de tráfico en las calles Zacatín y Silos, o…..

En mi opinión, se unen problemas ciertos de los ciudadanos, con un clima de incertidumbre vital, cuando no de situaciones de desempleo, de impagos de hipotecas, de riesgos de la seguridad familiar, que hace que esas cuestiones y problemas afloren y nos hagan reivindicar de manera más manifiesta.

Frente a esta situación, que puede empeorar, insisto en que hace falta una forma de practicar la Política alejada de la propaganda, por un lado, y del avestruz por otro lado.

Ayer leía una entrevista al Alcalde de México DF, Marcelo Ebrard, sobre la crisis brutal que soportan con la gripe “comosellame” y como la afrontan. Sobre su experiencia en crisis, decía lo siguiente:

"-A todo el mundo le ha sorprendido el comportamiento cívico de los mexicanos durante la crisis, ¿a usted también?

-Esta ciudad tiene una disciplina social muy grande. Tuvimos un seismo terrible en 1985, y una crisis ambiental muy grave en 1987... Una crisis ambiental que ya se ha olvidado en los medios políticos, pero que la gente sigue teniendo muy presente. De pronto se empezaron a morir en la ciudad los pajaritos, y hubo un grupo ecologista que dijo: nos vamos a morir todos. ¿Te imaginas el pánico? Y ahora esto...

-Y en las tres crisis trabajó usted desde distintos cargos de responsabilidad...

-Sí. Me marcó una reunión a la que asistí poco después del terremoto. Más de 200.000 personas estaban viviendo en la calle. Había gente muy enfadada, y con razón. Fui a una reunión en la que casi nos matan, y aquel impacto me hizo reflexionar. Pensé: en vez de enfadarte con el enfado de la gente, hay que intentar entender por qué están tan enojados...

-¿Y a qué conclusión llegó?

-Pues que lo primero que hay que hacer es trasladar a la población la información de forma muy rápida. Ser muy transparente desde el principio. Si la gente no te cree, tienes un problema añadido muy grave. Además, hay que estar con la gente cuando lo pasa mal. Que te sientan cerca, con ellos, en la calle. No hay que olvidar eso: la autoridad tiene que estar con la gente cuando lo pasa mal. Y entonces la gente tenderá a apoyarte. Si, en cambio, lo que haces es esconderte, no querer hablar... Entonces es un desastre."

Pues eso digo yo. (Las negritas son mías)

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