lunes, 22 de septiembre de 2008

Mi des-memoria Histórica (y III)

Excusatio: Vaya dos semanas que llevo. Menos mal que los resultados de tanto trabajo han sido muy positivos. Aún a costa de dejar a un lado otras obligaciones, como algunas amistades y este blogs. Dos sentencias: acusatio non petita, acusatio manifiesta. Y segunda: Consigue un trabajo que te guste y no trabajarás más en tu vida.

Lo último que se de mi abuelo es que cuando le comunicaron la segunda conmutación de su condena, el 21 de noviembre de 1943, se encontraba en la prisión provincial de Madrid, y que llevaba ya más de siete años en las cárceles.

En las páginas anteriores del libro de Félix Juan aparece la historia del hermano de mi abuelo, Rafael, con una foto. A él sí lo asesinaron, aunque no tenía ninguna actividad política.

¿Qué pretendo con esta historia? Dos cosas, fundamentalmente. Rendir un homenaje a mi abuelo, como a tantos otros, que perdieron su vida (murieran o no directamente por la venganza, la perdieron, ellos y los suyos) sin razón demostrada alguna, es decir, sin garantías, sin justicia.

Segundo, reivindicar la recuperación de la memoria histórica sin rencor, sin ánimo de venganza, pero con deseo de saber la verdad (frase muy de moda en los últimos años), de que no caigan en el perpetuo olvido.

Ha habido, que yo sepa, dos Jornadas muy interesantes sobre estos temas. La asistencia fue masiva, y la emoción desatada. Ignoro porque no han seguido celebrándose. Pero yo solicito, a quien corresponda, que no dejemos que cunda la des-memoria.

No hay comentarios: