domingo, 14 de diciembre de 2008

La primera vez


La primera vez siempre es mágica. Es algo soñado, deseado, pero que tarda en producirse. Nos asusta al tiempo que nos ilusiona. Es el desconocimiento, saber cómo es sólo por noticias, por visiones, por experiencias de otros u otras. Pero queremos verlo, sentirlo por nosotros mismos, experimentarlo en nosotros, sobrevivirlo, poder contarlo nosotros.

Bueno, pues ya fue. Sí. Ayer, por primera vez en mi vida, estuve en la nieve. Como suena. Parecerá mentira que a mi edad (edad de la maravillosa madurez, para evitar malos rollos) nunca me hubiera nevado encima. Pero ayer lo probé, me encantó, aunque también nos jodió. Perdón, nos fastidió.

Ayer fuimos un grupo de amigos, encabezados por Venturi y Jose Alarcón, a la sierra a hacer montañismo. Nos dirigimos por El Bosque al Puerto del Boyar, cogimos la ruta hacia Reloj, lo rodeamos e intentamos ir hacia El Dornago. Y allí empezaron a caer copos suaves, que conforme subíamos se iban haciendo mayores y cuajaban. Era precioso, casi mágico, algunos gritábamos de alegría, como niños y el travieso Borreguero incluso tiraba bolas de nieve, el muy….

Como sabíamos que haría mal tiempo, íbamos preparados, con mucha ropa e impermeables. Pero cuando se echó la niebla, terminamos perdiéndonos y tuvimos que buscar una ruta alternativa, ya con una lluvia pertinaz y caladera. Al final llegamos a Benaocaz, empapados, cansados, pero contentos de la aventura. Nos cruzamos con otros montañeros, de Mairena del Aljarafe, y, amablemente nos llevaron a dos al Puerto del Boyar, donde estaban los coches, por Villaluenga y Grazalema.

O sea, un día para relajar y casi olvidar una semana trabajosa, trabajada y viajada. El contacto tan brutal con la naturaleza es impactante y de efectos muy saludables.

Ahí van unas fotos, no muy buenas, del móvil (antes de que se mojara) que permiten imaginar la aventura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Paco, como bien dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena, pero es que para este tipo de causas en mi modestísima opinión mientras más tarde mejor. El año pasado cumplí 40 tacos y fué sin duda el año de mis primeras veces, porque pude acceder por primera vez a un montón de cosas que antes no había experimentado: aprendí a silvar sin dedos, me subí a un ultraligero, salí de nazareno con mis hijos y mi suegro, corrí mi primera media marathon, subí al Mulhacen con mis hijos y mujer, tuve mi primer caballo, y así 8 ó 9cosas más y todas ellas igual de importantes para mí. Siempre recuerdo a una señora que conocí que vió el mar por primera vez cuando rozaba los 60. ¡Madre mía como se impresionó al contármelo! Ese tipo de improntas (subirse a un avión, ver el mar, pisar la nieve, acariciar un lobo,...) deberían de vivirse cuando de verdad seamos capaces de sacarle todo el jugo que tiene. Entiendo perfectamente tu alegría. Enhorabuena.