lunes, 18 de julio de 2011

75 aniversario.

Como si no lo fuera. Casi no se recuerda. Y eso es bueno. Hoy hace 75 años del 18 de julio de 1936. Vaya perogrullada. 2011 - 1936= 75. Pero eso, en este caso, significa mucho.

Un amigo me ha prestado el libro “No pienses en un elefante”, un ensayo sobre lenguaje y debate político, basado en la experiencia electoral de Estados Unidos. En su prólogo ya lo dice claro. El éxito de los conservadores ha sido “nombrar” los sucesos, es decir, empotrar cada denominación en el marco que sus valores quieren. Y eso es malo.

Eso pasa con el 18 de julio. Nos están empotrando sus lenguajes, en sus valores. No fue una guerra civil cruenta, sino un alzamiento: “Fue justificado por el caos”. “Fue la solución para España”. Y nos lo creemos, y casi lo justificamos. O nos sirve de excusa para no ser más combativos.

Si sacamos la memoria histórica, es remover las diferencias. Dicen que en los dos bandos hubo barbarie. Pero sólo uno duró, con crueldad, con afán de exterminio, 40 años. Y, digan lo que digan gente como Moa o Payne, la historia debe ser contrastada.

 Todos lo que lo conocieron dicen que mi abuelo, Jose Moreno, era buena gente. Pero lo condenaron a dos penas de muerte. Y se les escapó vivo. Maldita sea. Su resto de vida fue más calvario.

 Nunca mais.

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