sábado, 29 de enero de 2011

Un mundo distraído

A veces, leemos un artículo, o vemos una noticia, o la oímos, y nos sorprendemos de cómo nos retrata, sin que nos hayamos dado cuenta de que somos y nos comportamos así.

A veces, nos creemos modernos, informados, racionales, y alguien o algo nos pone en nuestro sitio.

Viene esta reflexión autocrítica a la lectura hoy, en el suplemento de Cultura de El País, Babelia, de un artículo titulado así, “Un mundo distraído”, de Nicholas Barr, que refleja como el uso de las nuevas tecnologías, de internet y su mundo, está cambiando nuestra forma de ser y comportarnos.

Este párrafo refleja y resume lo que me ha “dolido”: “La multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumanizan un poco sino que nos uniformizan"

Así es. Tal que así. Presumo de ser una persona que usa, y mucho, las nuevas tecnologías. Uso permanentemente mi IPad, mi BlackBerry, no salgo sin mi portátil, uso la nube para los archivos… A primera hora me siento en el ordenador y leo todos los titulares de muchos periódicos… tantos, que cuando luego lo tengo en la mano, casi no leo el fondo de la noticia, con lo que me pierdo, en realidad, la verdadera información. Y presumo de estar muy bien informado. Mentira. Superficialmente informado.

Pero, vuelvo a proponerme moderarme, leer más, no ser tan “multitarea”, profundizar. Y, además, no perder eficiencia. ¡Toma, objetivo!

Por intentarlo de nuevo...

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